España: ¡Quiérete!

joan puig

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Escribo estas líneas cabreado, no sé si eso es muy recomendable pero… ¡Vamos allá!

Miren, por razones profesionales he tenido (y tengo) el privilegio de conocer las 50 provincias de nuestro país. Y no sólo las principales capitales, sino también multitud de pequeñas poblaciones, de montaña, junto al mar, y un sinfín de variedades: al recorrerlas compruebo cada semana que la gente… ¡Es feliz! Terrazas abarrotadas de charlas y de risas. Menús fantásticos a 10 euros que asombran a los extranjeros. Una simpatía que seduce a los turistas. En las Islas Baleares o Canarias, en el Norte, en el Sur, en el Este o en el Oeste, o en el centro del país, siempre hallo generosidad y amabilidad ¡Claro que existen problemas! Todavía sufrimos un elevado paro, corrupción, y muchos etcéteras, pero también es cierto que tenemos una red de apoyo familiar y social extraordinaria, y que los corruptos empiezan a ir a la cárcel, sobre todo si los votantes castigamos en las urnas a los que delinquen. Sí, hablamos muy alto, incluso a gritos, pero somos muy sociales y sociables. Oigan ustedes… no olviden que en la muy envidiada Suecia la gente se suicida debido a la soledad. Miles y miles de ingleses, alemanes y franceses vienen a disfrutar de sus años de jubilación en España, que representa un sueño para cualquier europeo. Miles de jóvenes estudiantes europeos eligen España, año tras año, como uno de los mejores países de destino en el programa Erasmus.

Conectamos la TV o la radio y un alud de malas noticias nos aturde: asesinatos, violencia doméstica, cierre de empresas… Y es que se diría que nos alimentan con malas noticias. ¡Ahí está el problema! El trepidante bombardeo nos hipnotiza y asumimos que España es un país horroroso y que los españoles no tenemos remedio. Pues ya basta, amigos, yo les animo a gritar que tenemos que querernos más, que debemos aprender a valorar lo que hemos logrado como pueblo. Disfrutamos, que nadie lo dude, de los mejores índices de calidad de vida de toda nuestra historia ¡Dios mío, abramos los ojos!

«Ya basta, amigos, yo les animo a gritar que tenemos que querernos más, que debemos aprender a valorar lo que hemos logrado como pueblo. Disfrutamos, que nadie lo dude, de los mejores índices de calidad de vida de toda nuestra historia.»

Circula por las redes sociales un vídeo que resume algunos logros de España: Primer país en donación de órganos; 2º en esperanza de vida; 19º país en el ranking de la democracia plena; 2º país más tolerante en libertad sexual; país líder de Europa en conexión por fibra óptica, etcétera. Y podríamos seguir hasta en el infinito: potencia mundial en gastronomía, arte y patrimonio artístico e histórico, asistencia médica, paraíso climatológico y paisajístico. Todo eso es absolutamente cierto, pero es que hay mucho más. Somos la primera generación de españoles que no ha vivido una guerra en nuestro país… Y eso es magnífico. Piénselo durante unos segundos: nuestros abuelos, los padres de nuestros abuelos, y los padres de los abuelos de nuestros abuelos, vivieron inmersos en luchas y guerras, y vieron correr la sangre… ¡Nosotros no! Con frecuencia veo manifestaciones y protestas en las que la multitud alza los brazos con un iPhone en las manos y unas Ray-Ban en la nariz ¿Nos estamos volviendo locos? Los domingos las autopistas y carreteras se llenan de caravanas de coches volviendo de su segunda residencia. Sí, nos estamos volviendo locos. Queremos un AVE que nos lleve desde la puerta de casa hasta la de nuestro chalet; un hospital en la esquina; un transporte público regalado; queremos autovías que nos lleven a todos los rincones habidos y por haber… porque si no España es una mierda. Locos de remate. O desmemoriados. Ahora está de moda abominar de la Transición, pero… ¡oigan, qué fácil es criticar a toro pasado! Para mí fue modélica, quizá no perfecta, pero nos enseñó que los valientes son los que están dispuestos a pactar. Veníamos de una dictadura y alumbramos una Constitución.

«Con frecuencia veo manifestaciones y protestas en las que la multitud alza los brazos con un iPhone en las manos y unas Ray-Ban en la nariz ¿Nos estamos volviendo locos?»

Escuchamos cada día al nacionalismo catalán abominar de una España que tildan de medieval, mientras en Cataluña llevamos viviendo 30 años con el famoso 3% y elecciones cada 2 años porque somos mejores. Y ni siquiera son capaces de consensuar un presupuesto con otros partidos —se llama democracia— y contribuir a la gobernabilidad. Pero claro: “calumnia, que algo queda”.

Aunque es diferente, una sensación similar me invade cuando sólo oigo hablar de los problemas de Europa. Ya saben: que si la desigualdad, que si los chalecos amarillos, que si Alemania, que si la deuda incontrolable, que si la inmigración, que si…. Pues también grito ¡Ya basta! En Europa hemos necesitado siglos y millones de muertos, y no sólo dos Guerra Mundiales, sino infinidad de revueltas y revoluciones, guerras dinásticas, religiosas, civiles… para aprender por fin que la colaboración es la solución, que el verdadero proyecto se llama Unión Europea. Y lo estamos consiguiendo, sí, con todas las dificultades y obstáculos, dando algún paso atrás y luego dos adelante ¡Avanzamos! No estoy diciendo que debamos vivir instalados en el optimismo mas recalcitrante, sino que debemos valorar lo que tenemos. Grito que tenemos que querernos más, también los europeos…. Miren sino dónde quieren ir millones y millones de personas de todos los continentes: ¡A Europa, a España!

«En Europa hemos necesitado siglos y millones de muertos, y no sólo dos Guerra Mundiales, sino infinidad de revueltas y revoluciones, guerras dinásticas, religiosas, civiles… para aprender por fin que la colaboración es la solución.»

Sí, grito que somos una gran país, que gracias al esfuerzo de todos los españoles, cada uno con su ideología, sabemos convivir felizmente, por lo menos si somos capaces de no perder la memoria… cosa que en ocasiones no parece descartable ¿O es que necesitamos un conflicto civil abierto para añorar lo bien que vivimos ahora?

¿Saben cuál es la asignatura más importante que debería estudiarse a diario y primar en todos los colegios e institutos de nuestro país?

La asignatura de Historia. Nuestra memoria colectiva.

Basta de quejas, por favor, y griten conmigo: ¡España, quiérete!

Joan Puig

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